La cifoplastia y la vertebroplastia son procedimientos quirúrgicos mínimamente invasivos que se utilizan para el tratamiento de fracturas vertebrales, principalmente osteoporóticas. Ambos procedimientos implican la inserción de una aguja especial a través de la piel, de manera miniinvasiva, en la vértebra fracturada, seguida de la inyección de cemento quirúrgico para restaurar la altura vertebral y así estabilizar el segmento afectado.
Ambos procedimientos son realizados bajo sedación y anestesia local. Se hacen en la sala de quirófano o hemodinamia, bajo monitoreo estricto. Suelen ser procedimientos que duran menos de una hora y que pueden realizarse de manera ambulatoria, dependiendo de cada paciente.
El objetivo de la intervención es recuperar la altura del cuerpo vertebral y estabilizar la vértebra afectada, logrando así una mejoría pronta del manejo del dolor y una rehabilitación precoz. De esta manera, el paciente puede realizar sus actividades habituales a corto plazo.